Las cadenas globales de valor (CGV) constituyen uno de los rasgos más característicos de la economía mundial siendo su expansión en las últimas décadas la expresión de la internacionalización de la actividad productiva. Las CGV se conforman por la fragmentación en múltiples segmentos de los procesos de fabricación con objeto de localizar cada una de las etapas escindidas en el emplazamiento más eficiente; en aquel punto geográfico donde los costes sean relativamente menores y se disponga de un entorno favorable para la producción. De este modo, en el proceso de generación de un determinado producto participan múltiples empresas y países. Su incidencia sobre la eficiencia productiva es de tal calibre que la participación en CGV se ha convertido en un elemento clave para la competitividad empresarial.
Nuestra finalidad es profundizar en el análisis, desde una óptica internacional comparada, de la participación de las manufacturas españolas en CGV. Nos preocupa especialmente determinar la entidad de los servicios incorporados en las exportaciones de manufacturas y valorar la relación entre la dependencia de servicios foráneos y los resultados exportadores.
Este interés por los servicios responde a varios factores que se entremezclan. Para empezar, el funcionamiento adecuado de las CGV exige una gran disponibilidad de servicios de alta calidad que garantice de forma eficiente la coordinación, logística, control de calidad, comunicación y transporte entre etapas de la cadena de valor que se encuentran dispersas geográficamente. Estos servicios pueden proveerse desde el mercado doméstico o el exterior. A estas necesidades de servicios vinculados a CGV se añade la tendencia a una creciente incorporación de servicios en las manufacturas (“servitización”), especialmente, en las economías avanzadas, donde se observa un desplazamiento del empleo y la actividad desde las etapas de producción física y ensamblaje, las más susceptibles de deslocalización hacia las actividades de servicios más generadoras de valor añadido. Pero, en la nueva división internacional del trabajo, cada vez con mayor intensidad, las economías avanzadas deslocalizan actividades de servicios, especialmente las más rutinarios y con un carácter menos esencial para las estrategias empresariales. Al igual que ocurre con los inputs materiales, las empresas pueden mejorar su eficiencia productiva y competitividad mediante el aprovisionamiento externo de servicios que les permite acceder a una gama de proveedores más amplia en cantidad, calidad y precio y favorece la diferenciación de sus producciones. Así, el examen del contenido en servicios de las exportaciones ofrece indicios de cómo se lleva a cabo la participación en las CGV.
El periodo de análisis se extiende desde el año 2000 al 2014, espacio temporal para el que la fuente estadística básica de los flujos de comercio en valor añadido, la última edición de la World Input-Output Database (WIOD), proporciona información homogénea.
«Las manufacturas españolas han aumentado significativamente su participación en CGV desde 1995, con una especial intensidad en la segunda mitad de los noventa, si bien, a partir de 2011, al igual que en el resto de las economías, su avance se detiene».
La evidencia que se presenta en este trabajo muestra una notable integración de las manufacturas españolas en CGV que se manifiesta en una dependencia importadora de sus exportaciones relativamente elevada respecto a las economías centrales de la Unión Europea. Las manufacturas españolas han aumentado significativamente su participación en CGV desde 1995, con una especial intensidad en la segunda mitad de los noventa, si bien, a partir de 2011, al igual que en el resto de las economías, su avance se detiene. La dependencia de inputs importados es más pronunciada en las exportaciones de las industrias más intensivas en tecnología, destacando sobre el resto la industria del automóvil.
La integración en CGV se ha acompañado de un aumento en la incorporación de servicios, con un aprovisionamiento geográfico de los mismos que ha ido aproximándose al característico de las economías más avanzadas. La reorientación hacia un suministro mayor en el mercado doméstico parece reflejar el esfuerzo de la economía española por desarrollar servicios intermedios que permitan mejorar la calidad y competitividad de las producciones.
El contenido importado de servicios es mayor cuanto mayor es la intensidad tecnológica de la industria y, aunque el grueso de los servicios importados es de reducida intensidad en conocimiento, son las manufacturas más intensivas en tecnología las que incorporan, en mayor medida que el resto, servicios asociados al conocimiento y la cualificación de la mano de obra.
Por último, se observa una relación positiva entre el contenido importado de servicios y la generación de rentas de exportación, que, aunque es independiente del tipo de servicios, es más profunda para los servicios más intensivos en conocimiento. El análisis desagregado permite detectar que dicha asociación se limita a las industrias de mayor contenido tecnológico lo que ayuda a explicar el menor recurso de las industrias tradicionales a servicios procedentes del exterior.
Más información en el artículo “El papel de los servicios en las cadenas de valor de las manufacturas”, publicado en el número 158 de Papeles de Economía Española.