El nuevo programa denominado Public Sector Purchase Programme (PSPP) implementado por el BCE consiste en la articulación de compras combinadas de deuda pública y privada (bonos con cobertura y valores financieros avalados por activos) por importe de 60.000 millones de euros al mes (45.000 millones en bonos públicos y el resto en compras de cédulas hipotecarias y títulos de deuda empresarial que ya estaban en marcha) desde marzo de 2015 y hasta septiembre de 2016, como mínimo, sin esterilización de la oferta monetaria y siendo los riesgos derivados de dichas adquisiciones compartidos, ya que el 80% lo asumen los bancos centrales nacionales y el 20% restante se comparte entre el BCE y cada país.
Las compras de activos las realizan los bancos centrales nacionales por separado en función de su capital en la institución, si bien existe supervisión por parte del BCE. Los límites a las compras de deuda soberana se articulan hasta un porcentaje que posibilita una formación de precios adecuada. Con carácter general se establecen dos límites, a saber, el emisor (33%) y un límite de emisión (25%). De este modo el BCE, que coordina las compras, no puede adquirir más del 25% de una emisión, así como tampoco un porcentaje superior al 33% del emisor. Respecto de los activos susceptibles de ser adquiridos, el rango de compras de bonos a plazos se sitúa de 2 a 30 años, afectando en consecuencia a toda la curva de la deuda, esto es, a activos con grado de inversión emitidos por gobiernos, agencias e instituciones europeas en el mercado secundario.
El programa PSPP incluye los planes ya puestos en marcha de adquisición de cédulas hipotecarias y bonos de titulización. Dichas compras adicionales efectuadas al margen de los citados planes ya activados se centran en la deuda soberana de los países del euro y en las emisiones de agencias públicas (caso, por ejemplo, del ICO), quedando fuera las compras de deuda corporativa. En todo caso se trata de compras efectuadas en el mercado secundario que requieren la venta de los bonos en cuestión por parte de sus tenedores (entidades financieras e inversores institucionales no residentes) quienes, lógicamente, únicamente estarán interesados en vender al BCE si pueden obtener una rentabilidad ajustada al riesgo sobre el crédito mucho mayor.
Una vez finalizado el primer mes de vigencia del programa de compra de activos públicos y de bonos soberanos de los países de la Eurozona se alcanzó un importe de 47.356 millones de euros, de los que 5.444 millones de euros fueron invertidos en la adquisición de deuda soberana española. Con ello la deuda pública española se constituía en la cuarta con mayor presencia en la cartera del BCE a la finalización del mes de marzo de 2015, por detrás de la deuda pública alemana (11.063 millones de euros), francesa (8.752 millones) e italiana (7.604 millones). No obstante la deuda española adquirida en el marco de este programa de compra de activos públicos contaba con un tiempo de vencimiento medio de 11,66 años, lo que representaba el plazo más largo de todos los activos adquiridos, por delante de los 10,96 años de Portugal y de los 10,37 años de Malta.
A priori, la implementación por el BCE de su programa PSPP podría terminar conduciendo a la creación de nuevas “burbujas” de activos así como a alcanzar elevadas tasas de inflación. En este sentido creemos que, con carácter previo a implementar un programa de dichas características, podría haber sido conveniente reducir el excesivo vínculo existente entre deuda soberana y entidades financieras, lo cual pasaría por acelerar el proceso de limpieza de balances por parte de las entidades financieras y, por ende, el de ajuste de sus planes de negocio.
El Programa de Expansión Cuantitativa implementado por el BCE ha provocado la caída de las rentabilidades de la deuda soberana, así como la depreciación del euro y la bajada del coste de la financiación externa para el sector privado, empresas y hogares, como consecuencia de las compras de deuda. Asimismo se ha producido una caída de las rentabilidades de la deuda soberana. Si bien inicialmente las condiciones del mercado de bonos fueron favorables (especialmente en lo que a los bonos de instituciones públicas se refiere), debido en buena medida al exceso de liquidez del mercado, con posterioridad, sin embargo, los mercados de bonos soberanos experimentaron una de las mayores caídas de los precios, motivada en buena medida por la producción de un cambio desfavorable en la dinámica de oferta y demanda, pasando el BCE a comprar deuda soberana de menor sensibilidad a variaciones de tipos de interés amplificando la liquidación en vencimientos a más largo plazo. Todo ello en el marco de una dinámica caracterizada por un constante incremento de la emisión neta de bonos soberanos (emisión total menos compras del BCE).
Uno de los principales efectos derivados de la implementación del citado programa se ha dejado ya sentir en el índice de los precios. Así, el indicador adelantado de inflación correspondiente al mes de mayo de 2015 arrojaba una subida del 0,3% respecto al mismo mes de 2014. Dichos datos alejaban a la zona Euro del escenario ininterrumpido de descensos de precios que mantenía desde diciembre de 2014.
Esta entrada es un extracto del artículo ‘El nuevo programa Public Sector Purchase Programme del BCE y su incidencia en los mercados financieros europeos’, publicado en el número 246 de Cuadernos de Información Económica. El artículo completo está disponible aquí.