En este trabajo se realiza un análisis, comparado con el agregado del país, de la evolución económica reciente de la región castellano-manchega, tomando como punto de partida el año previo al estallido de la llamada Gran Recesión, en 2008. El peso de la región en la economía nacional se ha mantenido en el entorno del 3,5 por 100 del PIB nacional en el periodo 2008-2014. Si bien Castilla Castilla-La Mancha resistió mejor el embate de la crisis que el conjunto de España hasta 2012, ese año la caída de la producción fue más acentuada en la región, con diferencias en el crecimiento económico muy poco significativas desde entonces entre ambas áreas económicas. Como balance del periodo, tras cinco periodos de crecimiento negativo y una tibia recuperación en 2014, ambas economías han perdido proporciones similares de su producción: algo más de 7 puntos porcentuales cada una de ellas.
Desglosando desde la óptica de los sectores de actividad, la pérdida de actividad productiva ha sido más acusada en construcción (con una caída del VAB en volumen del 50 por 100) y en actividades financieras y de seguros (-22 por 100), siendo en ambos casos similar a la mostrada por el agregado nacional, así como en los servicios vinculados a actividades profesionales, administrativas y auxiliares (-10 por 100), en este caso muy superior a la caída nacional. Esta evolución contrasta con el notable crecimiento de los servicios inmobiliarios y el leve aumento de la actividad productiva del sector primario y del resto de actividades de servicios. Para el caso concreto de la industria, si bien el agregado ha mostrado una evolución similar a la media nacional en cuanto a la cifra de negocios, descensos mucho más drásticos (superiores al 50 por 100) han tenido lugar en algunos sectores como productos minerales no metálicos, maquinaria y equipo mecánico, material y equipo eléctrico, electrónico y óptico y caucho y materias plásticas. En el otro extremo, sectores como material de transporte o industrias extractivas, energía, agua y residuos han conseguido aumentar sus cifras de negocio alrededor del 25 por 100.
«Las empresas de Castilla-La Mancha han realizado un notable esfuerzo por la internacionalización. De hecho, el número de empresas exportadoras es, en 2014 un 60 por 100 superior al existente al comienzo de la crisis, aunque únicamente un 30 por 100 de ellas pueden considerarse exportadoras regulares. Castilla-La Mancha ha sido la segunda más dinámica en el avance de sus exportaciones, incrementado sensiblemente su propensión a exportar y su cuota en las exportaciones nacionales».
En este entorno de fuerte caída de la demanda interior, las empresas de Castilla-La Mancha han realizado un notable esfuerzo por la internacionalización. De hecho, el número de empresas exportadoras es, en 2014 un 60 por 100 superior al existente al comienzo de la crisis, aunque con una elevada rotación empresarial de forma que únicamente un 30 por 100 de ellas pueden considerarse exportadoras regulares. Castilla-La Mancha ha sido la segunda más dinámica en el avance de sus exportaciones, incrementado sensiblemente su propensión a exportar (aunque aún muy por debajo de la media nacional) y su cuota en las exportaciones nacionales. Prácticamente todos los sectores han participado de este dinamismo exportador, destacando las manufacturas de confección de prendas de vestir y de otro material de transporte. Se observa, asimismo, una tendencia a la diversificación en los mercados de destino, si bien las exportaciones regionales siguen estando altamente concentradas geográficamente en los países de la zona del euro más próximos como son Portugal, Francia y Alemania.
En el mercado de trabajo, cabe resaltar el avance de la tasa de actividad en la región (acercándose al valor nacional del 59 por 100), que se explica exclusivamente por el superior aumento de la de la tasa de actividad femenina, aunque aún en bajos niveles, apenas sobrepasando el 50 por 100. Esta evolución positiva contrasta con el desplome de la tasa de actividad entre los menores de 25 años hasta el 36,0 por 100. Una evolución relativamente más negativa también se observa en las tasas de empleo y desempleo. En cuanto a la primera, la caída drástica en Castilla-La Mancha la ha situado en un exiguo 42,2 por 100 a mediados de 2015. Por sectores, la contracción más drástica en el número de ocupados ha tenido lugar en el sector de la construcción (-60 por 100), siendo más contenida en la industria y la agricultura; únicamente el sector servicios ha visto incrementar, levemente, su volumen de empleo. Cabe destacar, además, la precariedad del empleo creado en estos años de crisis, en tanto que más del 90 por 100 de los contratos nuevos fue de carácter temporal. En cuanto a la tasa de desempleo, la superior cifra en la región (27,8 por 100 en los dos primeros trimestres de 2015) identifica la gravedad del impacto de la crisis sobre Castilla-La Mancha; aún más evidente para los menores de 25 años, con una impactante tasa de paro juvenil superior al 60 por 100, más de 10 puntos por encima de la media nacional. El panorama sombrío se oscurece aún más si se tiene en cuenta que el hecho de que el 20 por 100 de los parados de la región lleva entre uno y dos años buscando un empleo sin éxito y el 44 por 100 más de dos años.
La situación descrita ha impactado de forma significativa en el bienestar de la población castellano-manchega. Se ha acentuado la distancia en PIB per cápita (80 por 100 de la media nacional), renta media personal (83 por 100) y renta por hogar (86 por 100) de Castilla-La Mancha con respecto a la media del país. La tasa de pobreza relativa (porcentaje de la población con una renta inferior al 60 por 100 de la mediana de ingresos de la población) se ha incrementado sensiblemente en este periodo, pronunciándose las diferencias con el conjunto del país. El punto álgido se alcanzó en 2013 (31,3 por 100), situándose aún 5 puntos porcentuales por encima de su valor en 2009 a pesar de la moderación experimentada en 2014; escenario en el que el papel del sector público en el mantenimiento de los servicios públicos fundamentales adquiere una relevancia clave.
Esta entrada es una adaptación del artículo «El impacto de la reciente crisis económica en Castilla-La Mancha», publicado en el número 148 de Papeles de Economía Española. Puede consultar los contenidos completos de la publicación aquí.