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El futuro de la rentabilidad bancaria, ¿tecnología o una nueva demanda?

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La “expansión cuantitativa” (QE) aplicada por los bancos centrales basada en la abundancia de liquidez generada y los históricamente reducidos tipos de interés han tenido efectos muy diversos en los sectores bancarios de todo el mundo. La principal apreciación es que el desarrollo del negocio bancario ha estado enrarecido o alterado en gran medida. Y la generación de márgenes y de volúmenes de intermediación (tomando depósitos y concediendo financiación) se ha visto dificultada por la persistencia de esos tipos de interés “intervenidos” y la concurrencia de una presión regulatoria muy significativa y creciente.

El bancario se ha convertido en un mercado complejo y abierto con un entorno pos-QE en el que existen varios factores de transformación como una nueva intermediación financiera basada en el manejo del «big data» y nuevos canales de distribución, nuevos modelos de servicio al cliente minorista donde la distancia entre los prestatarios y los proveedores de fondos se relativiza y la interacción es más impersonal, así como cambios en los márgenes de intermediación y comisiones vinculados al experimento monetario y a la transformación tecnológica.

Respecto al análisis de los cambios estructurales en la oferta y demanda bancaria durante y tras la crisis financiera, los datos agregados para la zona del euro sugieren que no siempre es fácil identificar estas transformaciones en el negocio y la rentabilidad en el período considerado (2008-2016). Sin embargo, la comparación de algunos casos extremos sugiere que se avanza (desigualmente) hacia un modelo más digital, con menos oficinas y con un mayor peso de la eficiencia y del mantenimiento de un nuevo componente relacional (digital) con el cliente.

«La relación con los bancos está cambiando en España: existe una oportunidad para mantener el componente relacional en la banca española, aunque dentro de nuevos parámetros, con un mayor contenido online».

En relación con el caso de la transformación en España, basado en un estudio empírico con las 30 mayores entidades bancarias españolas entre 2008 y 2016, los resultados confirman que aunque la presión de mercado (exceso de oferta frente a demanda y escasez de rentabilidad) sigue siendo importante en la reducción de oficinas, el cambio en las preferencias de la demanda (hacia servicios digitales) tiene una relevancia significativa también. Respecto a la búsqueda de rentabilidad, los resultados sugieren que la rentabilidad viene explicada principalmente por el colchón de capital (motivado por la presión del regulador y del mercado), los tipos de interés de mercado y el entorno macroeconómico, pero hay una influencia significativa, asimismo, del cambio tecnológico en los canales de distribución. En cuanto a la transformación de la estructura del servicio, tanto la variación de oficinas (negativamente) como la adopción de banca online (positivamente) tienen un impacto estadísticamente significativo sobre la rentabilidad.

Por último, en el artículo se plantea la posibilidad de desarrollar un nuevo ecosistema bancario en España con un componente digital, que podría denominarse, de forma genérica, «banca digital relacional». Los resultados sugieren que la relación con los bancos está cambiando en España. La sustitución de canales se apoya en el grado medio de digitalización y factores personales como la edad o los ingresos pero las variables relacionales (número de cuentas totales y online, número de entidades) también parecen relevantes. En particular, la variable con mayor impacto económico es el número de cuentas únicamente online que ostenta el titular, seguida de su grado general de digitalización medido por el número de ordenadores, tablets y móviles en el hogar. Los resultados también sugieren que a medida que se opera con un mayor número de entidades, hay también un mayor uso de banca online en relación a la oficina. Entre las variables con incidencia negativa, aparecen como estadísticamente significativas las operaciones en cajeros automáticos y la edad del cliente. En conclusión, la evidencia apunta a que existe una oportunidad para mantener el componente relacional en la banca española, aunque dentro de nuevos parámetros, con un mayor contenido online.

Esta entrada es un resumen actualizado del artículo «El futuro de la rentabilidad bancaria, ¿tecnología o una nueva demanda?», publicada en el número 155 de Papeles de Economía Española.

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