Corren tiempos en los que Europa está inmersa en eso que parece tan incompatible como impulsar el crecimiento y mantener la consolidación fiscal. Lo que está pasando con el crédito y la deuda privada en España es un paradigma de ello. Como en otros países, el endeudamiento creció de forma abultada antes de la crisis, ya de largo… desde mitad de la década de 1990. Desde 2008 la financiación a hogares y a empresas desciende. En 2015 volverá. Todo apunta a ello. Eso sí, el crédito que ahora vuelve es más moderado, selecto, prudente y vigilado. Y así será durante tiempo.La cuestión es que sin crédito el crecimiento no se cimienta a largo plazo. Pero antes de volar hay que aligerar la carga. Hay que devolver mucha deuda y eso debe ser compatible con financiar nuevos proyectos solventes. De hecho, hogares y empresas han reducido su deuda en 425.853 millones de 2010 al pasado septiembre.
Los datos del Banco de España revelan que el crédito siguió cayendo en 2014, aunque cada vez las tasas son menos negativas. Y mirando a los detalles se observan aspectos positivos. Si bien la financiación nueva a empresas baja un 9,5%, la de las pymes sube un 8,6%. Son las grandes empresas las que —inmersas en procesos de reducción de deuda— reciben un 19% menos de nuevos préstamos. En los hogares, la mejora relativa (aún temprana) de las expectativas y del consumo se deja ver en un aumento de préstamos nuevos para vivienda, de 5.138 millones que, aun siendo moderado, es un 23,5% mayor que en 2013. Y también subieron las operaciones nuevas de financiación al consumo, un 18,6% más. En el mercado bancario se observa una competencia en préstamos a clientes que no se veía hace años, sobre todo para consumo y para pymes. Esto no es una casualidad ni una operación de marketing sino la realidad que se impone al negocio financiero: si los bancos quieren ser solventes tienen que buscar a las pymes y proyectos solventes para financiarlos. Y para ello habrá que dar un tratamiento más especializado y a medida que en el pasado porque la diversidad de sectores a los que prestar ha aumentado y porque si se quiere acertar y un buen binomio rentabilidad-riesgo los modelos de evaluación de crédito anteriores a la crisis se quedan cortos.
Según la última encuesta de préstamos bancarios del Banco de España, el crédito al sector privado tiene mejores perspectivas en España que en la Eurozona en 2015. Esta encuesta señala mejoras en las condiciones de oferta para financiación al consumo y mejoras en la calidad de la demanda en general para empresas y hogares. Resulta llamativa la observación de que todos los bancos españoles encuestados afirmaron haber solicitado fondos de los TLTRO (liquidez orientada a dar crédito) del BCE mientras que en el resto de la UE sólo lo hizo el 56% de las entidades financieras. También se afirmaba que la presión para aumentar la solvencia no había tenido ya un impacto negativo en el crédito que sí se observaba en el promedio de la UE.
Con estos ingredientes 2015 puede traer la vuelta del crédito nuevo compatible con la bajada de la deuda privada. Hacía falta estabilidad financiera y ya está. Hacía falta oferta y está llegando. Hacía falta demanda solvente y está creciendo. El mecanismo crediticio vuelve a ponerse en marcha.