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El capital humano de los inmigrantes adultos en España. ¿Quiénes vuelven a estudiar?

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La importancia del capital humano de las personas para su situación en el mercado laboral ha quedado bien demostrada en la crisis económica de 2008. En los últimos años, el paro no ha golpeado en España a todos por igual, afectando mucho más a aquellos individuos con niveles educativos bajos y de menos edad, esto último asociado a un menor tiempo de experiencia laboral. El frecuente acceso al mercado de trabajo español del colectivo inmigrante a través de las peores ocupaciones ha podido deberse a diversos motivos, pero uno fundamental está relacionado con el bajo nivel de capital humano con el que llegaron a España.

Desde el inicio de la crisis económica hasta la actualidad el perfil de los inmigrantes se ha mantenido bajo en comparación con el de los españoles en términos educativos y también en lo que respecta a la experiencia laboral. Los inmigrantes no solo acumulan menos tiempo en el mercado de trabajo, sino que la mayor incidencia del paro que padecen les ha impedido adquirir nuevos aprendizajes a través de la formación en el puesto de trabajo. Para muchos inmigrantes, escapar de los empleos más vulnerables pasaría, al menos en parte, por adquirir una mejor preparación, ya sea por medio de nuevos estudios o de experiencia laboral específica. En este artículo se plantea la siguiente pregunta: ¿qué inmigrantes adultos residentes en España deciden volver a estudiar? Y de manera más concreta, ¿cómo influyen los problemas de transferencia de capital humano que experimentan al emigrar en su acceso al sistema educativo con el fin de mejorar sus competencias?

Muchos estudios centrados en la inversión en educación de los inmigrantes han utilizado el modelo Immigrant Human Capital Investment (IHCI) propuesto por Duleep y Regets (1999). Según los autores, la decisión de invertir en educación depende del balance entre los costes de oportunidad y el rendimiento que se espera sacar de dicha inversión. Siempre que estos últimos superen a los primeros, el incentivo para comenzar estudios será más alto. Siguiendo este planteamiento, en el caso específico de los inmigrantes una cuestión clave reside en la devaluación que su capital humano sufre al llegar al país de destino. De acuerdo con el modelo IHCI, los inmigrantes que afrontan más dificultades para transferir su capital humano son los que después tendrán más incentivos para invertir, ya que esperan obtener mayores rendimientos. Desde un punto de vista opuesto, sin embargo, las personas que vuelven a estudiar a una edad adulta se enfrentan a varios obstáculos. Junto a las responsabilidades económicas y familiares, el entorno institucional también puede contribuir a dificultar la participación en el sistema educativo. En el caso específico de la población inmigrante, las barreras en el acceso a la educación superior son diversas. Entre otras, un limitado dominio del idioma y una inadecuada preparación educativa en el país de origen son barreras para continuar estudiando. Asimismo, los inmigrantes con una situación legal irregular encuentran más dificultades a la hora de acceder a la educación.

«Los inmigrantes procedentes de países cuya lengua materna no es el español cursan estudios en menor medida que el resto de grupos».

Los resultados de este trabajo muestran que, en términos generales, los españoles adultos retoman los estudios en mayor medida que los inmigrantes. Entre estos últimos, en torno a un 9% participa en el sistema educativo. Se ha comprobado que existe una relación positiva entre el nivel educativo y cursar estudios, y negativa entre esta esta decisión y la edad a la que se emigró. Los datos también permiten afirmar que los inmigrantes en situación de desempleo estudian más que los ocupados. En cuanto a la cuestión de la transferencia, se evidencia que los inmigrantes con menos dificultades para exportar su capital humano son los que después más acceden al sistema educativo español, hallazgo que rechaza las predicciones del modelo IHCI. Los resultados de este artículo indican, por el contrario, que los problemas de transferencia al emigrar constituyen, más que un estímulo, un obstáculo para acceder al sistema educativo español. En concreto, se ha puesto de manifiesto que los inmigrantes procedentes de países cuya lengua materna no es el español cursan estudios en menor medida que el resto de grupos. Lo mismo ocurre con aquellos que presentan una menor proximidad socio-económica y cultural con España, con los que no tienen nacionalidad española y con los que han finalizado su máximo nivel de estudios en el extranjero.

Por otra parte, se han encontrado diferencias en la probabilidad de estudiar dependiendo del tipo de educación. De manera consistente con la perspectiva de las barreras, aquellos inmigrantes con más dificultades para transferir su capital humano encuentran en los estudios no reglados un acceso más viable a la educación en España. El menor nivel de requerimientos para cursar este tipo de estudios facilita la participación a los inmigrantes que no dominan el español, que proceden de una región socio-económica y culturalmente más alejada de España, que encuentran más dificultades para obtener el reconocimiento oficial de sus títulos educativos, y cuya situación legal puede ser irregular. Igualmente, los inmigrantes que acceden al sistema educativo en menor medida, bien por sus años al emigrar (los que llegaron con más edad), bien por su nivel educativo (los que alcanzaron en su país como máximo estudios de primaria y secundaria básica) o por situación laboral (los ocupados) cursan en mayor medida estudios no reglados que reglados.

Este artículo permite una aproximación a un fenómeno apenas investigado en España. Los análisis realizados muestran que los inmigrantes con más dificultades para integrarse a su llegada son también los que, después, tienen menos oportunidades para estudiar. Este hecho puede suponer, a largo plazo, una brecha entre los propios inmigrantes, ya que los que tienen un perfil menos adecuado para competir en el mercado laboral tampoco cuentan con el recurso por excelencia para progresar socialmente: la educación formal. No obstante, es necesario estudiar con mayor profundidad este tema y comprobar hasta qué punto los resultados aquí presentados son estables, una vez se tienen simultáneamente en cuenta  otros factores que pueden influir en la decisión de reengancharse al sistema educativo.

Esta entrada es un resumen del artículo El capital humano de los inmigrantes adultos en España. ¿Quiénes vuelven a estudiar?, publicado en el número 24 de Panorama Social. Puede acceder aquí al sumario y la descarga de la revista.

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