La industria española recupera el protagonismo perdido durante la crisis. Los datos lo corroboran: aumenta la productividad, el empleo industrial crece a un ritmo superior que en el conjunto de la economía y lo hace además con un porcentaje superior de contratos estables, con sueldos más altos que en el resto de sectores económicos y con un diferencial salarial que ha crecido desde 2008. El buen comportamiento del sector no obsta para que aún queden retos por afrontar, como el aumento de la dimensión empresarial o un mayor enfoque en actividades tecnológicas e innovadoras.