Atendiendo a la distribución de la renta primaria –ingresos por salarios, rentas por cuenta propia, las de capital y las de la propiedad–, la desigualdad en España es elevada. Sin embargo, la distribución de la renta disponible –la que queda tras el pago de impuestos y cotizaciones y la recepción de transferencias públicas– es mucho más igualitaria. Los factores que explican la reducción de la desigualdad son, por este orden, el sistema de Seguridad Social, el IRPF y el uso de la vivienda propia, cuyo efecto en nuestro país es muy importante dado el alto porcentaje de hogares con vivienda en propiedad. El aumento del desempleo durante la crisis supuso un importante incremento de la desigualdad de la renta primaria, aunque el sistema de protección social y bienestar ha actuado como un estabilizador de la desigualdad económica.