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Continúa el ajuste de los balances financieros de los sectores privado y público en 2013

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El INE ha publicado las cuentas no financieras de los sectores institucionales del cuarto trimestre de 2013, y por tanto del conjunto del año, una estadística de gran relevancia que nos permite conocer cómo avanza el proceso de ajuste y saneamiento de los balances de hogares, empresas y Administraciones Públicas.

En lo que se refiere a los hogares, su renta disponible bruta (RDB) volvió a descender en 2013, lo cual, pese a la contracción del consumo en el conjunto del año, ha dado lugar a un descenso de su volumen de ahorro. Este, después de alcanzar un máximo en 2009, ha descendido año tras año como consecuencia de la caída de la renta de los hogares, pese a lo cual aún se encuentra en un nivel superior al registrado antes de la crisis. La tasa de ahorro en relación a la RDB se mantuvo en 2013 en el mismo nivel del año anterior, un 10,4%. Puesto que el ahorro de las familias fue superior a su inversión –fundamentalmente en vivienda-, estas generaron una capacidad de financiación por sexto año consecutivo, equivalente al 2,5% del PIB.

Las empresas no financieras también han mejorado, de forma muy significativa, su saldo financiero. El descenso de las remuneraciones pagadas a los asalariados –debido tanto a los ajustes de plantillas como a las reducciones de los salarios- ha permitido incrementar su excedente bruto de explotación. Esto, unido al descenso de los pagos por intereses y por impuestos, se ha traducido en un incremento de la renta disponible, es decir, la generación de recursos propios, que han sido superiores a las necesidades de inversión de las empresas, de tal modo que han generado un excedente financiero récord, del 4,3% del PIB, que permitirá devolver la deuda contraída en los años anteriores a la crisis y sanear sus balances. Ésta es una de las manifestaciones más representativas del proceso de ajuste en el que se encuentra inmersa la economía española, que aún no se ha completado, ya que el endeudamiento privado, aunque está descendiendo, sigue siendo demasiado elevado, lo que hace que la capacidad de crecimiento del consumo y de la inversión continúe siendo reducida.

En el caso de las AA.PP., el déficit, excluyendo las ayudas a las entidades financieras, disminuyó en 2013 en 4.645 millones de euros, descenso que procedió en su totalidad de la reducción de la inversión pública, ya que el ahorro público –es decir, la diferencia entre los ingresos y los gastos corrientes- empeoró en el año. El aumento del “desahorro” público fue debido a que el incremento de la recaudación por IVA y otros impuestos indirectos, unido al descenso del consumo público, no fueron suficientes para compensar la reducción de la recaudación directa –especialmente en cotizaciones sociales- y el aumento de los pagos por prestaciones sociales e intereses de la deuda, que para estos últimos alcanzó casi 35.000 millones de euros.

Haciendo un balance más largo del proceso de ajuste presupuestario, desde 2009, año en el que el déficit público alcanzó su máximo, hasta 2013, se ha reducido en 48.800 millones de euros, excluyendo las ayudas a entidades financieras. El 88,3% de dicho ajuste ha procedido del recorte de la inversión pública, y solo el 11,7% restante ha resultado del aumento del ahorro –o mejor dicho, del descenso del desahorro-. No obstante, hay que reconocer que es muy difícil ajustar el gasto corriente cuando sólo el destinado a pensiones ha crecido en 18.500 millones, y el destinado al pago de intereses de la deuda en 16.400 millones.

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María Jesús Fernández es analista de la Dirección de Coyuntura y Estadística de Funcas

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