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Buenos datos de empleo

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Los datos de coyuntura más relevantes esta semana han sido los del paro registrado, las afiliaciones a la Seguridad Social, las estadísticas de la Agencia Tributaria sobre ventas, empleo y salarios de las grandes empresas y el índice de producción industrial (IPI). También conocimos las previsiones de otoño de la Comisión Europea (CE) y la rebaja del tipo de interés de referencia del Banco Central Europeo (BCE) en 25 puntos básicos. Margen tenía el BCE para tomar dicha medida, que puede contribuir a afianzar la recuperación en Europa, así que bienvenida sea. Lo que no se atreve a hacer el BCE (o no le dejan) es una intervención en los mercados secundarios de deuda comprando títulos de países periféricos y vendiendo los de países centrales para acabar con la segmentación de los mercados financieros derivada del riesgo país. Para España y para toda Europa esto sería mucho más eficaz que cualquier otra medida de política monetaria, junto a la implementación sin demoras de la hoja de ruta que debe conducir a la unión bancaria, por modesta e incompleta que sea.

La CE prevé un crecimiento del PIB del 0,5% para el próximo año, unas décimas menos que el Gobierno (0,7%) y el consenso de analistas privados (las del panel de Funcas publicado esta semana dan un 0,8%, una décima más que la previsión anterior). La diferencia no es significativa, aunque no se entiende bien que este 0,5% sea notablemente inferior al 0,9% previsto en el informe de primavera, justo cuando los indicadores muestran que el final de la caída del PIB se ha adelantado y que el rebote está siendo algo más intenso del que cabía esperar. La revisión a la baja por parte de la CE tiene que ver con la forma de incluir en las previsiones el impacto de la política fiscal. La CE parte de la hipótesis de que en el periodo de proyección no se llevan a cabo más medidas de política fiscal que las ya tomadas o anunciadas en firme (no-policy-change). En las previsiones de primavera eso provocaba que el déficit público previsto para 2014 aumentara hasta el 7% del PIB en vez de disminuir al 5,5% como entonces contemplaba el Programa de Estabilidad aprobado por el Gobierno. En las previsiones actuales la CE ya conoce los PGE-2014 y los compromisos de déficit de las CC.AA., lo que, junto a otras consideraciones, le lleva a prever un déficit público del 5,9%. Este menor déficit tiene un impacto negativo en el crecimiento de la economía, y eso explica la revisión a la baja del mismo. Por esta misma causa, la previsión para 2015 de un crecimiento del PIB del 1,7% no nos sirve de guía, pues está hecho con la misma metodología y, ceteris paribus, deberá ser revisado a la baja cuando se contemplen las medidas para reducir el déficit, que ese año debe quedar en el 4,2% en vez del 6,6% previsto por la CE. Parecen cuestiones muy técnicas, pero con un impacto enorme sobre las expectativas de los agentes económicos, por lo que deberían ser mejor explicadas o mejor resueltas en los ejercicios de previsión.

Hablando de cosas que no se entienden bien, es difícil explicar que a la misma hora el Ministerio de Empleo nos diga que el paro registrado aumentó en octubre en 87.000 personas mientras se crearon 55.000 puestos de trabajo (afiliaciones a la Seguridad Social), sin dar más explicaciones. Y es que estas dos estadísticas sólo son comparables para ver tendencias, pero no mes a mes. El aumento del paro fue muy cercano al previsto, y se explica totalmente por factores estacionales, ya que en términos desestacionalizados se produjo un ligero descenso por tercer mes consecutivo. En cambio, el dato de afiliados sorprendió, pues esperábamos una disminución de 30.000. Esta sorpresa positiva obedece en gran medida a factores volátiles o extraordinarios, como el aumento de afiliados en la agricultura (la cosecha vinícola ha debido ser excepcional) o el muy diferente comportamiento del empleo público en este año en relación al anterior. Pero, además de ello, se observa en los últimos meses una mejora generalizada en el comportamiento del mercado laboral, de forma que puede decirse que la caída del empleo está muy próxima a su fin. Esto se deduce de las afiliaciones a la Seguridad Social y también de los datos de la Agencia Tributaria sobre perceptores de rendimientos del trabajo [ver gráficos adjuntos]. Es posible que la recuperación se esté produciendo de forma más intensa de lo que pensábamos, aunque es pronto para certificarlo, pues subsisten muchos interrogantes.

blog111113(1)  Sin empleados del hogar y cuidadores no profesionales.
Fuentes: M. de Empleo, AEAT y Funcas (desestacionalización de las series de parados y afiliados). Gráficos elaborados por A. Laborda.

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Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).

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