La respuesta a esta pregunta es sí: el Impuesto de Sociedades penaliza el crecimiento de la productividad de las empresas. A nivel macroeconómico, la consecuencia directa es un efecto negativo sobre el crecimiento a largo plazo de los países. Pero empecemos por el principio. La productividad empresarial es una medida de eficiencia que relaciona la producción generada (como el producto (Q) o el valor añadido (VAB)) respecto de los recursos empleados (trabajo (L), capital (K) o ambas). Una de las medidas más completas es la productividad total de los factores (PTF) cuyo concepto puede entenderse fácilmente a través de una función del tipo Cobb-Douglas:
Q = AKαLβ
PTF = A = Q⁄KαLβ
PTF se identifica con la proporción del output no explicada por los inputs utilizados en la producción. Incrementos en el PTF indican mejoras en el grado de eficiencia en el que los inputs están siendo utilizados. El nivel y evolución del PTF resulta un factor clave ya que las diferencias observadas en los niveles de crecimiento y de renta per capita entre países se explican en buena medida por diferentes niveles de productividad. Existe una amplia literatura con datos agregados que confirma estos resultados. Sin embargo, mucho menos se sabe sobre el papel que los impuestos tienen sobre la productividad a nivel micro, especialmente cuando atendemos al tamaño de las empresas. El motivo es que hasta fechas relativamente cercanas no se ha dispuesto de bases de datos de empresas con la información necesaria para acometer este tipo de trabajos.
«Cuanto mayor es la cuña impositiva menor será la cantidad de fondos propios disponibles por la empresa para financiar nueva inversión. Este es un problema especialmente preocupante para las empresas más pequeñas que tienen más restricciones para obtener financiación ajena que son, por tanto, más dependiente de los fondos propios»
¿Qué factores intervienen en la relación impuestos – productividad? En primer lugar, la cuña impositiva que es la diferencia entre la rentabilidad bruta y neta de la inversión. Así, cuanto más grande sea la cuña menor rentabilidad tendrán los proyectos de inversión y por tantos menos incentivos a invertir –esto resulta válido tanto para inversión en activos fijos como para innovación o I+D. El segundo factor clave es la financiación. Así, cuanto mayor es la cuña impositiva menor será la cantidad de fondos propios disponibles por la empresa para financiar nueva inversión. Este es un problema especialmente preocupante para las empresas más pequeñas que tienen más restricciones para obtener financiación ajena que son, por tanto, más dependiente de los fondos propios. Para evitar este problema, muchos países han convenido gravar con tipos más reducidos a las pequeñas y medianas empresas (PYMES) con una facturación inferior a un determinado umbral de cifra de negocios –España entre ellos hasta 2016. Sin embargo, este instrumento fiscal tiene un importante efecto secundario: la evidencia muestra que tales umbrales de tributación generan incentivos a las PYMES a permanecer por debajo de dicho umbral poniendo coto a su crecimiento simplemente para evitar un tipo estatutario mayor. Esta preferencia por un tipo estatutario puede terminar afectando a la supervivencia de las empresas en el medio y largo plazo.
La evidencia disponible encontrada en Romero et al (2019) para España muestra que los sectores con menor intensidad tecnológica tienen una mayor proporción de empresas pequeñas —por ejemplo, los sectores de imprenta, textil o manufacturas de madera. Por el contrario, la proporción es pequeña en sectores como equipos informáticos, óptica, química o farmacéuticas con una alta intensidad tecnológica. Los resultados de dicho trabajo indican que el Impuesto de Sociedades penaliza el crecimiento de la productividad con independencia del tamaño de las empresas. No obstante, dicho efecto barrera es en términos relativos mayor para las empresas de menor tamaño. Los resultados obtenidos confirman que el impuesto afecta tanto a la decisión de invertir como al tamaño de la inversión.
Más información en el artículo ‘Efectos del impuesto de sociedades sobre la productividad empresarial: ¿qué sabemos a nivel microeconómico?’, publicado en el número 270 de Cuadernos de Información Económica.