Los flujos internacionales de comercio e inversión constituyen una red de una enorme complejidad, formada por infinidad de nodos interrelacionados entre sí, de tal modo que un cambio estructural en este “ecosistema” desencadenará una sucesión impredecible de efectos, con implicaciones en otras variables como los tipos de cambio, tipos de interés, etc. El resultado final de todo ello es incierto, pero sí se pueden anticipar…
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