En esta España donde buena parte de los equilibrios políticos y territoriales parecen pender de un fino hilo de heterodoxia y rocambolescas votaciones, resulta una misión arriesgada recordar que vivimos en una economía de mercado. En los tiempos que corren, algunos prefieren hablar de conceptos como la dictadura de los mercados o de pérdida de la libertad democrática. Populismo aparte, lo que nadie podrá negar…
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