El tamaño de las empresas es un factor que determina numerosas estrategias empresariales clave para la competitividad y el éxito empresarial, especialmente en presencia de costes hundidos. La evidencia empírica muestra que las empresas de mayor tamaño son las que tienen una mayor probabilidad de realizar actividades de I+D, de exportar o de innovar. De esta manera, las pymes han sido objeto de políticas específicas de apoyo, especialmente ligadas al acceso a la financiación para promover inversiones en I+D o acceder a mercados exteriores. Esta cuestión es especialmente relevante en España, ya que es uno de los países donde la proporción de empresas pequeñas sobre el total de empresas es comparativamente mayor dado su nivel de desarrollo.
¿Cómo es la dinámica empresarial de la industria española y qué efectos ha ejercido sobre la misma la gran recesión? Para responder a esta pregunta, hemos analizado la evolución de las entradas y las salidas de empresas de la actividad industrial y la evolución del tamaño de las empresas a partir de las tasas de creación y destrucción de empleo. Cuantificar esta dinámica empresarial permite a su vez profundizar en los orígenes de la intensa destrucción de empleo de la economía española causada por la recesión. Además, se identificarán las estrategias de las empresas que han resultado exitosas en el crecimiento empresarial, a pesar de la recesión.
Los datos empleados en este trabajo provienen fundamentalmente de dos fuentes. Por una parte, se utilizan los datos del Directorio Central de Empresas (DIRCE) facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que incluye a todas las empresas no agrarias ubicadas en el territorio nacional. Por otra parte, se emplea la Encuesta de Estrategias Empresariales (ESEE), que es un panel de empresas manufactureras observadas desde 1991 hasta 2011. Y las principales conclusiones son las siguientes.
El tamaño medio empresarial en la industria española es menor que el de los países de su entorno debido, por una parte, a la elevada presencia de microempresas y, por otra, a la menor presencia de grandes empresas que además son de menor tamaño que las grandes empresas europeas y, especialmente, que las americanas.
En primer lugar, la distribución de empresas por tramo de tamaño no se ha modificado significativamente como consecuencia de la recesión que tiene como año de inicio 2008, aunque si se aprecia un aumento en el porcentaje de microempresas (con menos de 10 trabajadores) en el sector industrial. El tamaño medio empresarial en la industria española es menor que el de los países de su entorno debido, por una parte, a la elevada presencia de microempresas y, por otra, a la menor presencia de grandes empresas que además son de menor tamaño que las grandes empresas europeas y, especialmente, que las americanas.
En segundo lugar, la crisis económica ha dado lugar a un fuerte proceso de destrucción neta de empresas. El número total de empresas en dicho sector desciende drásticamente, dando lugar a una destrucción neta de un 30% del tejido empresarial en tan solo 6 años. La pérdida neta de empresas no está reñida con la apertura de nuevas compañías: a este respecto, los datos muestran que la tasa de entrada es más cíclica que la tasa de salida, de manera que la reducción del número neto de empresas debido a la recesión está motivada en mayor medida por la reducción en el número de empresas que inician la actividad que por el aumento de empresas que cierran.
En tercer lugar, en relación con los procesos de expansión y contracción de las empresas manufactureras, encontramos que las empresas pequeñas presentan tasas de creación de empleo más dispersas, es decir, crean y destruyen proporcionalmente más empleo que las grandes. El gravísimo efecto negativo que ha tenido la crisis sobre el empleo de las empresas y, por tanto, su tamaño, se ha concentrado en el año 2009. En este año, la mitad de las pequeñas empresas han destruido más de un 10% del empleo. Además, el 10% de las empresas que más empleo han destruido lo han hecho en más de un 48%. Esta fuerte destrucción de empleo ha sido escasamente compensada por el escaso crecimiento mostrado por algunas empresas: solo un 10% ha experimentado tasas de crecimiento por encima del 6% en el año 2009. En el grupo de empresas de mayor tamaño (más de 500 trabajadores), un 10% de las empresas redujo el número de trabajadores en más de un 24%. A partir del año 2009, las distribuciones de tasas de creación/destrucción de empleo se aproximan a las existentes con anterioridad a la crisis.
En cuarto lugar, el análisis del crecimiento a largo plazo desde el año 1991 muestra que la tasa anual de crecimiento (acumulativa) media ha sido negativa en todos los tramos de tamaño, aunque con magnitudes diferentes, desde un -0,2% anual en el grupo de empresas más pequeñas hasta un -2,2% en el grupo de grandes empresas.
Por último, encontramos que la innovación y la exportación han contribuido al crecimiento de las empresas en los años de recesión, ya que estas empresas (las innovadoras y/o exportadoras) han crecido más que la media. El efecto de la edad es negativo, de manera que son las empresas entrantes (menos de 3 años) las que presentan mayores tasas de crecimiento en el empleo y las maduras (más de 10 años) las que crecen menos en media. El crecimiento está a su vez correlacionado positivamente con la creación de empleo, el esfuerzo inversor y el grado de utilización de la capacidad instalada.
;Esta entrada es una versión reducida y editada del artículo “Tamaño y dinámica empresarial en la industria española: efecto de la Gran Recesión”, publicado en el número 144 de PAPELES DE ECONOMÍA ESPAÑOLA.