A menudo se escucha en el debate social y mediático que el IVA es un impuesto regresivo, es decir, que las rentas más bajas soportan en mayor medida que las altas las subidas de los tipos de gravamen. La realidad es muy distinta. El IVA es en estos momentos un impuesto ligeramente progresivo en España: los individuos que más ganan soportan en mayor medida la subida de tipos de gravamen.
La teoría de la imposición explica que si el tipo medio efectivo, o relación entre la cuota líquida (los euros pagados) y la renta antes de abonar estos impuestos, crece a medida que aumenta la renta, existe progresividad, es decir, los individuos que tienen mayor capacidad económica (identificada normalmente por la renta aunque también por la riqueza o el gasto) soportan mayor carga tributaria. Si sucede lo contrario existe regresividad y si el tipo medio efectivo se mantiene constante para los diferentes niveles de renta, el impuesto es proporcional.
Identificar el grado de progresividad de un impuesto tomando como elemento de comparación las cuotas pagadas, en vez de los tipos medios efectivos, es un error de bulto que, con frecuencia, se comete en el debate social. Así, dos individuos, A y B, con rentas brutas de 100 y 200 €, respectivamente, que abonan A 10€ y B 15€, tendrán unos tipos medios efectivos del 15% para A y del 7,5% para B, lo que muestra que estamos ante un impuesto regresivo. En cambio, si comparamos la cuota o los euros pagados (10 del pobre frente a 15 del rico) podríamos pensar erróneamente que la figura impositiva es progresiva.
Utilizado los microdatos de la Encuesta de Presupuestos Familiares, que anualmente publica el Instituto Nacional de Estadística, el gráfico 1 muestra la distribución, por decilas de gasto para 2012, para el total de impuestos indirectos, IVA y especiales. Como se puede apreciar, el tipo medio efectivo del IVA crece suavemente y, por tanto, al contrario de lo que se cree, el IVA es ligeramente progresivo por niveles de gasto. En el caso de los impuestos especiales, el tipo medio efectivo se mantiene relativamente constante, por lo que tiende hacia la proporcionalidad. Para finalizar, el tipo medio efectivo para el total de impuestos indirectos muestra un perfil ligeramente creciente para, aproximadamente los primeros 40 percentiles, manteniéndose constante en el resto. Los datos son claros: los impuestos indirectos no son en conjunto regresivos sino que tienden hacia la proporcionalidad. Otros índices más sofisticados utilizados para analizar este tipo de cuestiones confirman estos resultados.
Distribución de tipos medios efectivos por percentiles de gasto 2012
Las razones que explican que la estructura del IVA no sea en la práctica regresiva son fáciles de entender. Los hogares con menor capacidad económica consumen un mayor porcentaje de bienes, como los alimentos no preparados, que soportan un tipo del 4%, mientras los de mayor capacidad económica, por el contrario, adquieren una mayor proporción de bienes y servicios, por ejemplo los relacionados con el ocio, que están sometidos al tipo normal del 21%. Por tanto, las diferencias en las cestas de consumo y el diferencial de tipos a los que son gravados los bienes incluidos en ellas dan como resultado la distribución de tipos expuesta en el gráfico 1.
______________
Artículo de Desiderio Romero-Jordán, José Félix Sanz-Sanz y Juan Manuel Castañer (2013) “Sobre la regresividad de la imposición indirecta en España en tiempos de crisis: Un análisis con microdatos de hogares” en el número 135 de Papeles de Economía Española, titulado Crisis, desigualdad económica y mercado de Trabajo en España. [exclusivo](Descargar)[/exclusivo]