En el mes de marzo, con datos desestacionalizados y a precios constantes, las exportaciones descendieron un 5,5% frente al mes anterior, mientras que las importaciones aumentaron un 1,6%. En el conjunto del primer trimestre, las ventas al exterior crecieron un 7,5% -en tasa anualizada-, pero las compras al exterior ascendieron un 43,1%. Con este son ya cuatro trimestres consecutivos en los que las importaciones crecen a un ritmo tendencial superior al de las exportaciones (gráfico 1).
Gráfico 1. Exportaciones e importaciones de bienes
Precios constantes, variación trimestral anualizada en %, series suavizadas
Fuente: Ministerio de Industria y FUNCAS.
En términos nominales, las exportaciones descendieron, en términos intertrimestrales, un 1,4% en el primer trimestre, y las importaciones crecieron un 23,4%. El déficit comercial de bienes, que desde el inicio de la crisis había mantenido una tendencia descendente hasta alcanzar un mínimo de 1.700 millones de euros en el segundo trimestre del pasado año, ha vuelto a ascender desde entonces, hasta situarse en 6.500 millones en el primer trimestre del año actual, cifra un 60% superior a la del mismo periodo del pasado año (gráfico 2).
Gráfico 2. Saldo balanza comercial de bienes
Millones de euros
Fuente: Ministerio de Industria.
Este cambio de signo obedece, por una parte, al impacto negativo sobre las exportaciones del debilitamiento de las economías emergentes, y por otra, al impacto fuertemente positivo sobre las importaciones de la recuperación de la demanda interna. Tanto las importaciones de bienes de consumo como de bienes de capital han experimentado una notable aceleración en su ritmo de crecimiento.
Estos resultados ponen de manifiesto que la positiva evolución de la balanza comercial de los últimos años se ha debido en mayor medida a una caída de las importaciones derivada del hundimiento de la demanda interna, que a un crecimiento de las exportaciones sustentado sobre la mejora de la competitividad. No se puede despreciar este segundo efecto, que con toda seguridad se ha producido, aunque en una medida muy insuficiente como para que podamos hablar de un cambio de modelo económico. Además, probablemente una parte del crecimiento de las ventas al exterior fue el resultado de una huida transitoria hacia otros mercados ante la caída del mercado interior, que se abandonan una vez que este último se recupera. Así, una incipiente y muy moderada recuperación de la demanda nacional ha sido suficiente para que la evolución de la balanza comercial cambie de signo.
_______________________
María Jesús Fernández es analista de la Dirección de Coyuntura y Estadística de Funcas