En el mundo hemos pasado de tener cinco fronteras amuralladas al final de la Segunda Guerra Mundial a tener 70 en 2015. Y se han construido para proteger a los países de destino de la llegada de inmigrantes, no para defenderse de invasiones militares. Es por ello interesante analizar el sentido económico y los efectos inesperados de las fronteras sobre la inmigración, como el muro entre México y EEUU. También se examinan algunas externalidades de las políticas restrictivas con la inmigración, como el desvío de inmigrantes a otros destinos, y finalmente se propone un nuevo sistema para el reparto de refugiados en Europa que permite tener en consideración las preferencias de aquellos.
Más información sobre este tema en el artículo ‘El análisis económico del efecto de las fronteras sobre la inmigración. El ejemplo de la política de asilo en la Unión Europea’, publicado por Funcas, dentro de la serie Fronteras del Conocimiento.