El crecimiento del empleo, que provoca una relativa sensación de euforia en la economía española, y los bajos tipos de interés, que abaratan el crédito y desincentivan el ahorro, son factores que están causando una fuerte caída de la tasa de ahorro de las familias. Los hogares están aumentando su consumo por encima de sus ingresos, lo cual genera un mayor endeudamiento y crea un frente de vulnerabilidad frente al eventual endurecimiento de la política monetaria desde el BCE.