La deuda griega sigue pendiendo sobre Europa como una espada de Damocles. Según los datos más recientes, la deuda de las AA.PP. excede el 180% del PIB y sigue creciendo. En julio, Grecia se enfrenta a varios vencimientos que hace temer nuevos impagos, lo que daría lugar a problemas de liquidez para los bancos griegos y posiblemente un «corralito» como el que se produjo el año pasado.
Todo ello podría retrasar la recuperación de la economía griega, que ya ha perdido la cuarta parte de su valor y sigue sin crecer. La tasa de paro alcanza el 24,3% y la población está empobrecida. Un impago de Grecia también repercutiría sobre el conjunto de la zona Euro, manteniendo la presión sobre las prima de riesgo que pesan sobre países como España. Los hechos, en fin, demuestran que los rescates no han funcionado, y organismos como el FMI abogan por un cambio de estrategia.