El pasado día 31 de octubre se celebró el día mundial del ahorro. Es una tradición que aprovechemos este evento para echar un vistazo a cómo evoluciona el ahorro en España. Pero antes, quisiera comentar brevemente alguno de los muchos datos de coyuntura que hemos conocido esta semana.
El INE confirmó que el PIB ha crecido un 0,1% en el tercer trimestre respecto al anterior. A ello ha ayudado un mejor comportamiento del consumo privado. Uno de los indicadores que muestran esta mejora es el Índice de Comercio al por Menor (ICM), aunque el dato de septiembre, publicado el pasado martes, ha sido mal interpretado por algunos comentaristas y tertulianos. Su crecimiento del 2,2% respecto al mismo mes del año anterior, tomado como una indicador de que el consumo empieza a recuperarse, se explica por el efecto de la subida del IVA en septiembre de 2012, que los consumidores anticiparon engordando las compras de agosto a costa de las de septiembre. La comparación interanual de estos dos meses está, por tanto, sesgada por este efecto. No obstante, las señales de recuperación que da este indicador son anteriores a este dato de septiembre. Haciendo medias trimestrales y, con ellas, tasas de un trimestre sobre el anterior, como hace la contabilidad nacional, este indicador ya creció un 0,5% en el primer trimestre y un 0,9% en el segundo, acelerando hasta el 1,5% en el tercero.
Lo curioso es que ahora que el consumo y el PIB parecen mejorar la inflación ha caído en zona negativa (-0,1% en octubre), despertando de nuevo los temores a una deflación. Pero la causa de que la inflación sea negativa no es que el consumo se esté deteriorando más, sino el comportamiento errático de los elementos más volátiles del IPC, los alimentos sin elaborar y los productos energéticos, algo que se explica por factores meteorológicos o externos a la economía española (precio del petróleo, apreciación del euro). La economía en su conjunto no está ni se prevé que caiga en una deflación. Para ello tendría que caer el deflactor del PIB. Eso sí, hay una parte de ella (los salarios) que sí están en deflación y otras que aumentan sus márgenes (excedente de explotación) o rentas (el sector público que sube los impuestos que gravan los productos). No es un tema de deflación, sino de distribución de la renta. Lo que sí es cierto es que la inflación en Europa es muy baja (0,7% en octubre), la tasa de paro es muy alta (12,2% en septiembre) y el euro está sobrevalorado, lo que nos indica que en Europa, además de hacer reformas estructurales, hay margen para una política monetaria más expansiva e incluso para políticas fiscales también más expansivas en los países sin problemas fiscales o de deuda.
¿Cómo va el ahorro? En el gráfico superior izquierdo podemos ver que, rompiendo la tendencia a la baja desde que se inició la crisis, el ahorro total nacional muestra una recuperación desde mediados del pasado año. Como la inversión en capital fijo sigue descendiendo, la diferencia entre estos dos flujos, que es equivalente al déficit/superávit de la balanza de pagos por cuenta corriente, ha intensificado su corrección hasta registrar superávit. El aumento del ahorro se produce en el sector privado, ya que el ahorro público, a pesar de las cuantiosas subidas de impuestos y de recortes del gasto corriente, sigue en cifras negativas y no acaba de recuperarse [gráfico superior derecho]. Dentro del sector privado, el ahorro aumenta en los últimos trimestres tanto entre los hogares como, sobre todo, en las empresas (el ahorro de éstas es el beneficio después de impuestos no distribuido entre sus accionistas). Al mismo tiempo, la inversión de ambos sectores continúa a la baja y es inferior a su ahorro, por lo que registran un superávit creciente [gráficos inferiores]. Dicho superávit (también llamado ahorro financiero) lo destinan fundamentalmente a la reducción de su deuda. Así, la de los hogares se situó en el segundo trimestre en una cifra equivalente al 79,9% del PIB, 7,5 puntos porcentuales inferior al máximo del segundo trimestre de 2010. La deuda de las sociedades no financieras ha caído al 128,3% del PIB desde el 142,1% en el segundo trimestre de 2011.
(1) Incluye transferencias de capital netas.
Fuentes: INE y Funcas (previsión 2013). Gráficos elaborados por A. Laborda.
A pesar de las bajadas, estos niveles de deuda siguen siendo elevados y hay que reducirlos más si queremos acceder de nuevo al crédito. Por ello, y aunque a muchos les parezca un contrasentido porque perjudica el consumo, hay que seguir ahorrando. Y es que la crisis no está superada.
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Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).