El alargamiento de la vida de las personas, en el último siglo, ha sido extraordinario. Este hecho implica que debemos adaptar y mejorar los recursos –económicos y financieros, sociales y personales– para unas vidas más largas. Uno de los ámbitos más afectados es el mercado de trabajo, en el que se entra cada vez más tarde pero del que se pretende salir antes; pero existen otros entornos, como el de la sanidad, en el que este fenómeno está teniendo amplios efectos.