Las estadísticas muestran de manera consistente el retraso biográfico de la maternidad. Este no es un fenómeno demográfico estrictamente español; en prácticamente toda Europa se está retrasando la edad de maternidad. No obstante, se observan diferencias internacionales notables y el caso español presenta ciertas peculiaridades. Por un lado, junto con Italia, España registró en 2005 la edad media de maternidad más elevada. Por otro, el número de hijos efectivos, tanto de hombres como de mujeres, es menor al número deseado por ambos sexos. Ambos datos indican que en la sociedad algo no está funcionando bien y que el coste oportunidad de los hijos (aquello a lo que los padres tienen que renunciar por tener hijos) es demasiado elevado.
