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La economía vuelve a sorprender

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Las cifras de afiliación a la Seguridad Social y desempleo registrado de junio, conocidas esta semana, han sido notablemente mejores de lo esperado. El número de afiliados se incrementó en 98.431, cifra que en términos corregidos de estacionalidad supone un aumento de en torno a 70.000, el mejor dato desde abril del pasado año. Todos los sectores experimentaron una aceleración en el crecimiento del empleo, pero muy especialmente los servicios vinculados a las Administraciones Públicas, algo que también se había observado en mayo. Esto hace sospechar que nos encontremos ante un nuevo aumento de la contratación pública ligada al ciclo electoral. No obstante, excluyendo dicho sector, así como el agrícola, es decir, aquellos en los que la evolución del empleo es ajena a la coyuntura económica, el crecimiento de la afiliación en el segundo trimestre también fue muy intenso, y muy semejante al registrado el trimestre anterior.

GRÁFICO 1

Fuente: Mº de Empleo y Funcas

GRÁFICO 2

Fuente: Mº de Empleo y Funcas

A partir de estos datos y del resto de indicadores disponibles relativos al segundo trimestre, no solo está garantizado un crecimiento del PIB del 0,7% en dicho periodo, sino que además existe una elevada probabilidad de que, al igual que sucedió en el primero, nos llevemos una sorpresa y se alcance el 0,8%. El consumo privado parece haberse desacelerado algo, pero la inversión podría haber ganado vigor, y las exportaciones de bienes se recuperaron al inicio del segundo trimestre en mayor medida que las importaciones, lo que unido al extraordinario comportamiento del turismo, indica una mejoría de la aportación de la demanda externa neta al crecimiento.

Desde la perspectiva sectorial, los indicadores apuntan a una aceleración de la actividad en los servicios y una ralentización en la industria. En el caso de la construcción existe una llamativa discrepancia entre la positiva evolución del empleo en el sector y los resultados negativos de otros indicadores como el consumo de cemento, el IPI de materiales de construcción o el índice de confianza de empresas del sector. En cualquier caso, la evolución de los visados de obra nueva y de la licitación oficial indican un aumento de la construcción residencial y un descenso de la obra pública, al igual que ya sucedió en el trimestre anterior.

«La incertidumbre política interna, que no ha producido ningún efecto apreciable sobre el crecimiento económico hasta ahora, ya no va a actuar como factor de riesgo, salvo que se tuerzan mucho las cosas».

Para la segunda mitad del año se espera una suave ralentización como consecuencia fundamentalmente de factores internos. Concretamente, como ya se ha señalado en numerosas ocasiones, por el agotamiento del efecto de algunas circunstancias extraordinarias que han impulsado la demanda el año pasado y la primera mitad de este –abaratamiento del petróleo, reducción de impuestos y caída de tipos de interés y del tipo de cambio–. La incertidumbre política interna, que no ha producido ningún efecto apreciable sobre el crecimiento económico hasta ahora, ya no va a actuar como factor de riesgo, salvo que se tuerzan mucho las cosas. De hecho, tras las elecciones del día 26 de junio, la rentabilidad de la deuda española –que después del referéndum británico se había elevado–­ descendió de forma acusada hasta situarse la de 10 años por debajo de 1,20%, muy cerca de su mínimo histórico de mediados de marzo del pasado año, mientras los bonos a tres años caían por primera vez a tasas negativas y la prima de riesgo descendía hasta niveles de marzo.

Sin embargo, los riesgos derivados de las incertidumbres sobre la economía mundial siguen presentes: debilidad de los países desarrollados, crisis de los emergentes, potencial impacto desestabilizador de la subida de tipos en EE.UU. y situación en China. Finalmente, en cuanto a la salida del Reino Unido de la UE –si es que finalmente se produce–, su impacto es muy difícil de cuantificar, pero pensamos que apenas se reflejará en las cifras de crecimiento de 2016, aunque el año que viene sí que podría restar algo de fuerza a la recuperación.

En suma, en el conjunto de 2016, dado que los resultados de los dos primeros trimestres han superado las expectativas, y pese a la moderada ralentización esperada para la segunda mitad del ejercicio, el crecimiento estará en torno al 3%, por encima del 2,7% anticipado por el consenso de analistas hasta hace un par de meses.

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