Logo Funcas

Evolución reciente del desendeudamiento

Comparte esta entrada

El boom crediticio previo al estallido de la crisis se tradujo en tasas de endeudamiento privado muy superiores a las registradas en las principales economías de nuestro entorno. Estas tasas se han reducido de manera considerable en los últimos años, de manera muy notable en el caso de las empresas, pero el incremento del endeudamiento público hace que la ratio de endeudamiento del conjunto de sectores residentes todavía constituya un elemento de vulnerabilidad de la economía española.

La capacidad de financiación de la economía española frente al resto del mundo alcanzó los 22.700 millones de euros en 2015. Se trata de un desempeño excepcional en la serie histórica que viene de la mano de la evolución del precio del petróleo, de los buenos registros del sector servicios y de un comportamiento menos deficitario de las rentas de la inversión que en años anteriores.

El endeudamiento conjunto de los sectores institucionales no financieros de la economía española alcanzó un máximo del 323% del PIB en el tercer trimestre de 2014, unos 80 puntos por encima del registro correspondiente al inicio de la crisis económica.

GRÁFICO 1

Fuente: Banco de España, INE y AFI

En relación con los hogares, el endeudamiento de los mismos se ha reducido en unos 30 puntos desde el máximo registrado en el 2T08, para situarse en el 106% de su renta bruta disponible al cierre de 2015. La política monetaria del BCE ha sido importante para facilitar el proceso de desapalancamiento de los hogares, especialmente cuando se tiene en cuenta la elevada proporción de crédito ligada a tipos variables en España (según el FMI, el 98% de las hipotecas en España son a tipo variable). Pese al camino recorrido, los hogares aún tienen por delante un esfuerzo significativo para aproximarse a las ratios de endeudamiento propias de las principales economías de nuestro entorno.

«La política monetaria del BCE ha sido importante para facilitar el proceso de desapalancamiento de los hogares, especialmente cuando se tiene en cuenta la elevada proporción de crédito ligada a tipos variables en España».

Las empresas españolas también se han desendeudado de forma significativa. En tres años y medio, se han desapalancado el equivalente a 28 puntos del PIB, hasta situar su ratio de endeudamiento por debajo del promedio del área euro. El proceso de desendeudamiento empresarial continuará en los próximos años, aunque quizás con menor intensidad, presumiblemente hacia niveles ligeramente superiores a los observados en el periodo de pre-crisis y que entonces rondaban el 80%.

No se puede decir lo mismo de las Administraciones Públicas. El déficit del ejercicio 2015 alcanzó el 5,0% del PIB, sin incluir ayudas financieras, ocho décimas por encima del 4,2% fijado como objetivo en el Procedimiento de Déficit Excesivo (PDE). Si se descontasen las tres décimas de gastos no recurrentes afrontados en el pasado ejercicio, el déficit se situaría en el 4,7% del PIB.

Los registros de liquidación presupuestaria que se han ido conociendo en lo que va de año apenas dan señales de consolidación, de modo que el consenso de analistas apunta actualmente a un déficit público del 4,1% en 2016 (panel de FUNCAS). Esta cifra es superior a la recogida en el Programa de Estabilidad 2016 – 2019 (3,6%) y en la previsiones de primavera de la Comisión Europea (3,9%).

«Sería necesario alcanzar un superávit primario en el entorno del 1,5% del PIB y un crecimiento nominal de, al menos, el 3% anual para llevar la ratio de deuda al 60% de Maastricht en un horizonte de veinte años».

A pesar del desempeño del déficit, la ratio de deuda pública parece haberse estabilizado en el entorno del 100% del PIB. Esto se debe, principalmente, a criterios de valoración (diferencia entre los valores de emisión y reembolso de la deuda emitida). En 2015, por primera vez desde el inicio de la crisis, la ratio de deuda experimentó incluso una ligera mejoría (99,2% frente a 99,3% en 2014).

Un análisis convencional de sostenibilidad de la deuda pública muestra que sería necesario alcanzar un superávit primario en el entorno del 1,5% del PIB (-2% en 2015) y un crecimiento nominal de, al menos, el 3% anual para llevar la ratio de deuda al 60% de Maastricht en un horizonte de veinte años.

Esta entrada es un resumen del artículo Evolución reciente del desendeudamiento por sectores institucionales, publicado en el número de julio de 2016 de Cuadernos de Información Económica. Puede acceder aquí al contenido completo de la revista.

Comparte esta entrada