En los cinco primeros meses del año las pernoctaciones en hoteles se redujeron un 0,1% con respecto al mismo periodo del año anterior. Este descenso procede de los residentes nacionales, que registraron una caída del 0,5%, mientras que las pernoctaciones de extranjeros están prácticamente estables con un ligero avance del 0,2%. Este resultado supone una pérdida de impulso en ambos grupos, desde un crecimiento del 1,4% y del 12%, respectivamente, en el mismo periodo de 2024.
Las cifras de entrada de turistas (Frontur) también apuntan a una desaceleración, aunque menos acusada, con un avance interanual aún significativo, del 7,1% en los cuatro primeros meses del año, frente al 14,3% registrado en el mismo periodo de 2024 (gráfico 1). También el gasto medio por turista se ha ralentizado desde un crecimiento del 7,1% en los primeros cuatro meses del año pasado hasta un 2% este año.
Las pernoctaciones de residentes nacionales alcanzaron el nivel prepandemia antes que las de extranjeros, pero a partir de ese momento se estancaron y se mantienen apenas un 3% por encima del nivel de 2019. Por su parte, las de extranjeros tardaron más tiempo en recuperar dicho nivel, y continuaron creciendo hasta mediados de 2024, situándose un 8% por encima del nivel promedio de 2019, para frenar su avance a partir de dicho momento. La entrada de turistas, sin embargo, ha mantenido un mayor dinamismo, y en los primeros meses de 2025 era un 17% superior a las cifras de 2019 (gráfico 2).
En suma, a pesar de la ralentización, el crecimiento, al menos en la llegada de turistas, ha seguido siendo relativamente intenso en los primeros meses de 2025. De mantener el mismo ritmo de crecimiento en lo que queda de año, se alcanzaría la cota de 100 millones de turistas extranjeros anuales. No obstante, la tendencia de desaceleración probablemente se intensificará a lo largo de los próximos meses ante la incertidumbre global, de modo que es poco probable que se alcance dicha cifra.