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Clústeres: ¿palancas para la especialización inteligente?

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En el contexto actual hay una reflexión importante en diferentes países sobre la necesidad de la reindustrialización. Existe también un amplio reconocimiento de que los territorios necesitan construir estrategias de desarrollo económico para generar ventajas competitivas sostenibles.

En los últimos años, ligado a esta necesidad de desarrollar estrategias territoriales, ha ido emergiendo en Europa un debate en torno a lo que se han llamado “las estrategias de especialización inteligentes” (smart specialisation strategies –S3). Las S3 tienen, en esencia, dos características diferenciales. La primera es que tratan de poner mayor énfasis en la innovación y en concentrar los escasos recursos humanos y financieros de I+D+i en aquellas actividades relacionadas con las capacidades científicas, tecnológicas y empresariales que respondan a unas oportunidades tecnológicas y de mercado que permitan ser competitivos globalmente. La segunda característica de las S3 es que esas estrategias de especialización inteligente deberían ser el resultado final de un proceso de descubrimiento emprendedor.

La rápida adopción del concepto S3 en el ámbito de las políticas ha supuesto también que haya habido poco tiempo para reflexionar sobre cómo se relacionan estas estrategias con otras políticas existentes en el territorio. En concreto, las S3 se abogan en un contexto en el que la mayoría de los países europeos tienen políticas clúster ya establecidas que buscan facilitar las relaciones de cooperación entre empresas e instituciones que trabajan en áreas relacionadas y que tienen mucho en común con los principios básicos de las S3.

Esta reflexión sobre el impulso de las estrategias S3 y la industrialización están también presentes en España y los clústeres pueden ejercer de palancas en la definición e implementación de las S3. Para ello es muy importante tener primero un diagnóstico de cuáles son las capacidades particulares de las que se dispone en España.

En España hay un conjunto muy amplio de CCAA, como por ejemplo Cataluña, en las que las apuestas en sus S3 coinciden con las fortalezas existentes según el mapeo clúster

Hemos abordado un análisis comparativo sobre cuáles son los clústeres más relevantes, competitivos y dinámicos en las diferentes Comunidades Autónomas (CCAA) y cuáles los ámbitos de priorización que cada una de estas CCAA han definido en sus estrategias S3. Como resultado de este análisis se ven, por un lado, que hay un conjunto muy amplio de CCAA, como por ejemplo Cataluña, en las que efectivamente las apuestas en sus S3 coinciden con las fortalezas existentes según el mapeo clúster. Sin embargo, también hay una serie de CCAA, como Murcia o Baleares, que han definido unos ámbitos de priorización que no coinciden con las fortalezas que el mapeo efectuado muestra en las mismas. Cabría preguntarse y analizar en este caso cuáles son las fortalezas distintivas que han llevado a estas CCAA a hacer dichas opciones. Pudiera ser que las mismas estuvieran en clústeres no exportadores —que en el mapeo efectuado no se identifican—, en cuyo caso se carecería del trabajo de tracción que el mercado internacional pudiera tener de estas actividades económicas. O quizás se deba a que las fortalezas están más en el campo científico-tecnológico, que unido a una serie de oportunidades de mercado detectadas se quiere que sean los que vayan generando capacidad empresarial.

Adicionalmente, un elemento que se destaca en las S3 es que cada región debe tratar de impulsar colaboraciones inter-regionales para aprovechar las sinergias y tener las masas críticas necesarias en algunos ámbitos. El mapeo sobre los clústeres existentes efectuado ayuda a identificar las fortalezas de las CCAA vecinas e identificar ámbitos de colaboración entre ellas. La identificación de estas sinergias y el impulso de la colaboración cuando estas existan es uno de los retos importantes de la RED I+D+i del Ministerio de Economía y Competitividad de España.

El análisis de los clústeres relevantes, competitivos y dinámicos efectuado permite identificar, por ejemplo, que el clúster de la biofarmacia es lo que se ha denominado un hat trick —es decir, cumple las tres características mencionadas— en las CCAA de Madrid y Cataluña, o que hay clústeres, como el de automoción, que están presentes en casi todas las CCAA. Estas identificaciones iniciales dan algunas pistas para que, por un lado, cada comunidad autónoma vea qué otras podrían ser posibles colaboradores e inicie un diálogo con las mismas. Por otro lado, el ejercicio también puede servir para que desde la RED I+D+i del Ministerio de Economía y Competitividad se detecten los clústeres que son competitivos, relevantes y/o dinámicos en diferentes CCAA, de manera que a nivel nacional haya una masa crítica suficiente y se pueda, por un lado, analizar e impulsar las especializaciones de cada clúster en diferentes CCAA, y por otro, identificar aspectos de apoyo común a los mismos que pudiera tener sentido que se impulsasen desde una política de I+D+i nacional. Esto se engloba dentro de la gobernanza multinivel y requeriría una coordinación de las políticas de I+D+i nacional y las correspondientes a las CCAA en las que sea relevante ese clúster.

En cuanto a la estrategia de reindustrialización española, el ejercicio de mapeo de clústeres efectuado permite identificar también cuáles son los clústeres más relevantes a nivel nacional, desde los que se pudiera efectuar un proceso de diversificación productiva hacia nuevas actividades combinando, por ejemplo, con las capacidades que se dan en Tecnologías Facilitadoras Esenciales (KETs por sus siglas en inglés), etc., e identificar también en qué CCAA tienen un peso significativo dichos clústeres, de forma que el proceso de reindustrialización se impulse en colaboración con dichas regiones aprovechando también las diferentes capacidades científico tecnológicas que existan en la mismas.

Por último, en las apuestas verticales que se realicen en las estrategias S3 se trata de buscar un cierto equilibrio y se aboga por combinar estrategias de diversificación más disruptivas con otras más incrementales. Sin embargo, también hay que priorizar en función de la coyuntura en que nos encontremos. En el momento actual, y dado el mayor efecto palanca que pueden ejercer a corto plazo, es preferible poner el énfasis en las KET más incrementales, centrando las más disruptivas en explotar las capacidades ya generadas, más que en crear nuevas capacidades. Este análisis se puede combinar con el mapeo efectuado para el impulso de estrategias de diversificación de la economía española.

Esta entrada es una versión reducida y editada del artículo “Los clústeres en España: ¿Palancas para la especialización inteligente?, publicado en el número 144 de PAPELES DE ECONOMÍA ESPAÑOLA.

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